Hola, voy a subir algunos documentos en los cuales realicé un ejercicio metodológico sin todavía conocer cómo se realizaba. Un recuerdo de mis años de estudios superiores de grado.Uno de ellos es sobre cómo los mitos recurrentes en la Era tuvieron significado. Son del 2004, momento en el cual apenas iniciaba el gusanillo del manejo metodológico
¿Cómo el joven dictador Trujillo pudo crear ¨mitos¨ positivos a través de acontecimientos a veces terribles?
El gobierno de Rafael L. Trujillo se instaló el 16 de agosto de 1930, conocemos sus antecedentes como oficial de la Guardia Nacional, y por ello sabemos que era la persona idónea para proseguir con la planificación realizada por los norteamericanos en la invasión 1916-1924. Pudo fabricar esos mitos que le dieron el trasfondo casi divino gracias a algunos acontecimientos sucedidos al inicio de su mandato.
Como cita Andrés Mateo, el ciclón San Zenón, acaecido el 3 de septiembre del mismo año fue el inicio de esa cadena de mitos; este acontecimiento natural fué de proporciones considerables, y al ver la literatura trujillista ésta comienza la historia de la administración aludiendo a la empresa de ¨La Reconstrucción¨ de la ciudad. Galíndez habla de sus dimensiones, establece sus límites, pero es vago al no aportar cifras, ya que en su libro La Era de Trujillo sólo habla de la destrucción de las casas de madera de la los barrios pobres de la parte alta y las residenciales del oeste y el socorro aportado por otros países.
Franklin Franco nos ofrece detalles más precisos hablando de los daños en la agricultura del sur y el este del país, y que las pérdidas en viviendas ascendieron a 4,000 viviendas derribadas de 7,000, y en cuanto a humanas ascendieron a más de 2,000 de una población de 60,000 en la ciudad de Santo Domingo
Esto provocó que se dictara una Ley de Emergencia cuyos resultados fueron utilizados para hacer una reconstrucción que fuera la base de su aparato político; el trujillismo naciente no veía el campesinado como un modelo a seguir, sino a superar. Así nace un prototipo urbano, una ciudad que como el Ave Fénix resurge de sus cenizas ayudada por el Padre de la Patria Nueva, título dado por la sociedad de ese entonces y se cambia el nombre de la ciudad a Ciudad Trujillo.
Aunque este esfuerzo sólo cubrió la capital, los intelectuales de la época, lo hicieron símbolo de la ruptura con lo rural para entrar al progreso acelerado como ciudad, señalando así la ¨diferencia¨ entre civilización (urbano) y barbarie (rural), representando la reconstrucción como la superación de todos los males anteriores provocados por la ignorancia del ruralismo anterior a la Era.
Otro mito usado como ¨La Confirmación¨ de la nacionalidad fue la matanza de los haitianos en 1937: no hay evidencia del porqué de esta tragedia, sólo hay algunas pinceladas de leyendas populares como la recogida por Balaguer en su libro ¨Memorias de un Cortesano….¨ en las Pág. 71-73 hace referencia a que fue una orden dada en una borrachera de Trujillo en la casa de Isabel Mayer, en la zona fronteriza.
Llama la atención esto, ya que un Memorial dirigido al Comité Nobel del Parlamento Noruego con fecha 26 de diciembre de 1936 solicitando el Nóbel de la paz para Trujillo por los acuerdos fronterizos con el presidente haitiano Stenio Vincent, estaba firmado por intelectuales y funcionarios como Jacinto B. Peynado, Julio Ortega Frier, M. de Jesús Troncoso de la Concha, Leoncio Ramos, Arturo Logroño, entre otros, y esta masacre sucede a finales de septiembre de 1937 hasta el 4 de octubre del mismo año, y estando Trujillo en campaña reeleccionista; esto provocó tal escándalo que tuvo que renunciar y en su lugar fué presidente Jacinto B. Peynado.
Aquí nos referimos a esta tragedia como mito ya que ¨El corte¨, llamado asi porque se realizó a cuchillo, fue utilizado por la intelectualidad de la Era para crear la figura de que gracias a esa deleznable acción teníamos frontera, nuestra nación estaba a salvo y se acentuaba el sentimiento antihaitiano, para distraer la atención de los problemas internos; una masacre según datos actualizados, de 18 a 25,000 haitianos y este comprometió al pueblo con la figura de Trujillo aún más, ya que creó la conciencia de que Trujillo era La Paz. Como vemos según el interesante análisis de Andrés L. Mateo (Mateo, 2004) en Los Mitos Recurrentes de la Era: Su Significado estos mitos eran continuos y se sostenían entre sí.
Para el próximo mito, que fue ¨La Paz¨, se relacionaron la instrucción y la cultura para imponerlo mediante la Cartilla Cívica, notificando así un orden en el presente, oponiéndose a dos figuras históricas como son ¨Los Gavilleros¨ y el Caciquismo Regional. Como analiza Andrés Mateo en su obra, Trujillo eclipsó la labor de resistencia de Los Gavilleros, ya que para dar peso al mito se apoyaron en los ¨ méritos¨ militares de Trujillo contra éstos. Pero a la vez él observa que los biógrafos de Trujillo tuvieron el problema de que él colaboró con la intervención, y los episodios nombrados en sus diferentes biografías no pasan de ser episodios de bandidos. Este mito es de esencia nacionalista, pero al ser poco eficaz éste, se concentraron sobre el Caciquismo, representado por Desiderio Arias, al cual le cercenaron la cabeza en junio de 1931, y Cipriano Bencosme en 1930; aquí el aparato trujillista utiliza los enfrentamientos del Jefe en los cuales ambos caciques fueron eliminados, para representar a Trujillo triunfante, pero la épica trujillista evita hablar de sangre y de muerte, los triunfos de él son limpios.
Pero el tema de los mitos para el autor termina con el de la ¨Independencia Económica¨, transportando con esto a Trujillo a un plano de igualdad con Duarte, representando la unión del idealismo social con el pragmatismo burgués, apoyándose en la firma del Tratado Trujillo-Hull, representándose a Trujillo como el ejecutor de la independencia idealizada por Duarte.
Nos permitimos insertar un comentario personal en este informe sobre los mitos del trujillismo, en el cual observamos que la fortaleza del aparato político de la Era se basó principalmente en el manejo de la mitología popular, en la cual se construyó una persona más allá de lo humano, y la fortaleza de éste residió justamente en la penetración y dominio de la conciencia social con estos mitos. Sin La Reconstrucción, La Confirmación, La Paz y La Independencia Económica tal vez no hubiera escrito las páginas que tiene en nuestra historia la Era.
Bibliografía utilizada:
Mateo, Andrés L. Los mitos recurrentes de la Era: su significado. (2004), Editorial Manatí.
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